sábado, 29 de octubre de 2016

Situación del pinabete (Abies guatemalensis Rhehder) en Guatemala



Tenemos la oportunidad de presentar una serie de videos, hechos en Guatemala, para que puedan ser introducidos en el conocimiento de una especie forestal emblemática del país. 

Coloco en esta publicación información incluida en el trabajo de tesis doctoral del Ing. Agr. José Vicente Martínez Arévalo o como será citado en esta y otras publicaciones (Martínez-Arévalo, 2013). Es información literal a como el la constituyó en su documento de graduación.

Fuente:  http://www.biora.ru/


El pinabete Abies guatemalensis Rehder crece en Guatemala en áreas montañosas de 2700 a 3500 m de altitud. Sus poblaciones naturales fueron disminuidas y se presentan en parches de bosques aislados que persisten a la deforestación porque desde 1979 es una especie protegida (CONAP 2006). El género Abies es un taxa predominantemente de bosques boreales con algunos casos hacia los bosques subtropicales: en el sur de México se reconoce a A. religiosa, y en Guatemala crece A. guatemalensis que llega hasta el norte de Honduras (Molina 1975). La distribución actual es producto de los periodos interglaciares que se presentaron en el Pleistoceno (Jaramillo-Correa et al. 2008) y las hipótesis recientes sugieren que los Abies mesoamericanos comparten a un antepasado común reciente y que sus divergencias y especiación son impulsadas por deriva genética y aislamiento durante los periodos interglaciares cálidos

En un estudio morfogenético Strandby et al. (2009) consideran la existencia del complejo A. religiosa-A. hickeli-A. guatemalensis, y dentro de este, a A. guatemalensis como una sub especie de A. religiosa, sin embargo taxonómicamente esta propuesta todavía no se acepta, lo que sugiere que deberán hacerse otros estudios para corroborar lo anterior. Para 2008 se determinó que había 26.581,27 ha de bosque natural de pinabete, repartido en los departamentos de: San Marcos (41 bosques y 1.791,39 ha), Quetzaltenango (21 bosques y 2.060,62 ha), Totonicapán (5 bosques y 17.337,50 ha), Huehuetenango (25 bosques y 4.537,73 ha), Quiché (1 localidad y 498 ha), Jalapa (1 localidad y 31,25 ha) y Sierra de las Minas (1 localidad y 1.291,80 ha). De los 95 bosques que se reportan, 28 son propiedad de particulares (posiblemente de esta categoría hay más ya que en la información consultada algunos bosques están constituidos por varios propietarios), 42 comunales, 23 municipales, 1 municipal y parcialidades y 1 en Área protegida (CONAP 2008). La ubicación aproximada se presenta en la Figura 1.

Basado en CONAP, 2008.
Figura 1.  Mapa de distribución conocida de Abies guatemalensis en Guatemala.


Actualmente hay menos del 10% del área original, que era de 558.858 ha (INABCONAP 1999): el 26% de los parches de bosque es de 1 a 10 ha, el 61% menor a 50 ha, y sólo el bosque comunal y de parcialidades de Totonicapán de 15.586 ha es constituye el de mayor extensión. La situación de la distribución y aislamiento de los parches de bosque de pinabete influye en su variación genética, ya que se encuentra una baja diversidad dentro de cada porción de bosque, y alta variabilidad entre rodales, que muchas veces no alcanzan a entrecruzarse por la distancia que hay entre ellos (Aguirre-Planter et al. 2000, Jaramillo-Correa et al. 2008). 


 La presión sobre el pinabete La influencia del ser humano definitivamente es la principal causa de la pérdida y deterioro de estos bosques a través de las siguientes acciones. a) Pastoreo en el sotobosque y alrededores. Es una actividad que se desarrolla desde la época de la colonia con la introducción de rebaños de ovejas y cabras (Standley y Steyermark 1958, MacLeod 1980). Esto provoca bosques con baja densidad de árboles, pobre recuperación y daño a las plantas que crecen en el sustrato inferior del bosque, lo que reduce las posibilidades de repoblación natural del pinabete y de otras especies forestales de estos ecosistemas (Díaz 1993, INAB-CONAP 1999). Asimismo el pastoreo en las áreas alrededor de los parches de bosque, induce para que no se dinamice el proceso de recuperación por medio de sucesión vegetal. b) Desramado. 

                              
Fuente:http://www.biora.ru/

Uno de los usos más atractivos del pinabete lo constituye el uso para árboles de navidad, de tal forma que todos los años de manera ilegal persiste la actividad de los depredadores del bosque natural, que cortan las ramas para elaboran árboles artificiales para venta local. Esto trae consigo un debilitamiento del árbol pudiendo provocar la muerte. La época de producción de las semillas en condiciones naturales es de octubre a enero (Aguilar et al. 1988), por lo que se reduce el número de estróbilos y la cantidad de semilla, así como las posibilidades de regeneración natural (Cox y Girón 1988). En este sentido Andersen et al. (2008) señalan que través de plantaciones, que surtan tanto de árboles como de ramas para la época de navidad, se puede disminuir la presión y aumentar las posibilidades de conservar esta especie. Esta actividad actualmente se fomenta a través de bosques artificiales que se siembran y certifican para este fin. c) Cambios en el uso la tierra. El uso del suelo de bosques para actividades agrícolas es un fenómeno común en Guatemala, agravado por la sobrepoblación y mala distribución de la tierra. Según (Díaz 1993), la reducción de los bosques de pinabete por esta causa fue de 86% entre 1972 a 1993. 

Fuente: http://conifersociety.org/wp-content/uploads/range_map_1.png

Sin embargo, debe recalcarse que el régimen de tenencia de la tierra tiene una influencia directa sobre este fenómeno; por ejemplo, la frontera agrícola se detuvo en las áreas de los bosques comunales de pinabete en Totonicapán (Elías 1997) y en San Marcos, producto de la acción de las comunidades que cuidan y administran sus bosques. d) Extracción de madera. La tala disminuyó notablemente para esta especie, posiblemente por estar protegida. La extracción selectiva de árboles hasta los años 70 del siglo XX fue para la utilización como teja de techos, madera y leña. Esto provocó pérdida en la calidad genética, pues generalmente se hizo una tala selectiva, y se cortó los mejores ejemplares González (1979). De la misma manera se producen cambios microclimáticos, que traen consigo la disminución de la capacidad germinativa de la semilla, al variar la composición florística o bien al quedar claros en el bosque Díaz (1993). A pesar que actualmente es una especie protegida, hay casos aislados de extracción ilegal de madera para leña. También en ciertas ocasiones algunas personas desgastan el tronco para la extracción de astillas para utilizarlas como leña, lo que provoca a la larga la muerte del árbol. 

Debido a la presión y deterioro de las poblaciones de Abies guatemalensis se le incluyó en la lista del Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre (CITES) desde 1979, que regula su aprovechamiento y conservación, además en la Ley Forestal (artículos 34 y 99) y en la ley de Áreas Protegidas (INAB 1977, CONAP-INAB 1999), se promueve su conservación. Actualmente está en ejecución la estrategia nacional para la conservación y protección del pinabete (CONAP 2010), que pretende por medio de la coordinación interinstitucional mejorar el conocimiento, conservación y aprovechamiento de la especie. 


Ecología de pinabete Las condiciones ambientales en las que se desarrolla el pinabete en Guatemala están restringidas a las zonas de vida Bosque Muy Húmedo Montano Subtropical, Bosque Muy Húmedo Montano Bajo Subtropical y Bosque Húmedo Montano Bajo Subtropical en altitudes de 2700 a 3500 m. En algunos casos se reporta que crece a 2600 m de altitud pero posiblemente se trata de plantaciones (CONAP 1999). Hay pocas investigaciones sobre la ecología de pinabete en el país, de ellas se puede mencionar el trabajo de González (1979) que llevó a cabo una caracterización ecológica de las comunidades de pinabete en Guatemala. Sus conclusiones indican que el pinabete es un componente limitado a pequeñas áreas altas (2800 a 3500 m de altitud) de Totonicapán, Huehuetenango, San Marcos, Sololá y Quetzaltenango en el occidente y a la parte alta de Jalapa en el oriente, generalmente son rodales pequeños, rodeados de otras especies forestales. 

Fuente: https://reintroduction.wikispaces.com/Caracter%C3%ADsticas+del+pinabete

La mayoría de comunidades encontradas tuvieron una orientación de la pendiente hacia el Noreste, Norte y Noroeste. Los suelos presentaron alto contenido de arena, con textura franco a franco arenoso y arena franca. El pH del suelo fue de 4,9 a 7,1. Ese mismo estudio menciona que hubo baja diversidad vegetal, con máximo de ocho especies forestales asociadas: Pinus ayacahuite, Neupressus lusitanica, Pinus montezumae var. rudis, Arbutus xalapensis, Prunus brachybotrya, Alnus sp. Litsea glaucescens y Quercus sp. Asociada con cinco especies arbustivas: Cestrum guatemalensis, Senecio sp. Ceanothus coeruleus, Monnina xalapensis y Rubus trilobus. 

Además con 33 especies herbáceas, de las que se mencionan: Salvia cinnabarina, Bidens ostruthioides, Alchemilla pectinata, Acaena enlongata, Adiantus andicola, Fucsia splendens y musgos. Es ese trabajo se considera que el pinabete es componente de algunas comunidades clímax de los bosques de las zonas altas del altiplano occidental del país. La mayor cantidad de árboles de pinabete de los bosques estudiados por González (1979) tenía un diámetro a la altura del pecho de 31 a 40 cm. Las comunidades donde la densidad de las copas de los árboles fue alta impedían la penetración de luz, los bosques excluidos de pastoreo tuvieron baja presencia del estrato herbáceo y presencia de regeneración natural de Abies guatemalensis (González 1979). 

Por su parte Díaz (1993) al estudiar el efecto sobre la reducción del bosque de pinabete y las condiciones microclimáticas de germinación in situ en Palestina de los Altos, Quetzaltenango, encontró que la composición florística de los rodales de pinabete estuvo compuesta por 15 especies arbóreas, de las cuales Pinus ayacahuite y Abies guatemalensis presentan valores de importancia de Cottam de 85,14% y 77,66% respectivamente. En el sustrato arbustivo se encontraron 13 especies, dentro las cuales Cestrum guatemalensis y Rubus trilobus son las que tienen una mayor predominancia ecológica. Se observó que el 28,8% de los árboles de pinabete estaban desramados, lo que ocasiona la perdida de estróbilos masculinos y femeninos y conos fecundados. El número de árboles semilleros fue reducido, pues se localizaron únicamente nueve. 

Contexto socioeconómico de los bosques de pinabete 

Los bosques de pinabete están fuertemente asociados con los pueblos indígenas que viven en sus cercanías. Las principales etnias asociadas a estos bosques son la Quiché y Mam. La presencia de 42 bosques comunales de pinabete en Guatemala, es muestra de la identificación de la población con la utilización y conservación de esta especie. Un ejemplo es el bosque municipal y parcialidades de Totonicapán que se mantiene en condiciones adecuadas por la reglamentación y conducta de los pobladores locales (Elías 1997). En Tacaná y San José Ojetenam en San Marcos, las comunidades, en el marco de su comportamiento tradicional, desarrollaron normas consuetudinarias para el bosque comunal Las Ventanas, que permite la conservación y manejo del mismo (UICN 2009). Los bosques de pinabete, en su mayoría, se encuentran ubicados en las partes altas de la porción occidental y noroccidental de Guatemala, donde se registran los niveles más altos de natalidad, analfabetismo y pobreza. Por esta razón, el bosque debe visualizarse desde la perspectiva de la conservación; pero a la vez, como un medio de prestación de servicios a la población para contribuir en el mejoramiento económico de la misma (Andersen et al. 2008).

1 comentario:

  1. exelente con el permiso de los autores recabe datos que me serviran para contribuir a la conservacion que para mi deberia ser el arbol nacional de Guatemala ya que es ua especie unica en elmundo por su fragancia y belleza que nos identifica y enorgullece nacionalmente e internacionalmente

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