Tenemos la oportunidad de presentar una serie de videos, hechos en Guatemala, para que puedan ser introducidos en el conocimiento de una especie forestal emblemática del país.
Coloco en esta publicación información incluida en el trabajo de tesis doctoral del Ing. Agr. José Vicente Martínez Arévalo o como será citado en esta y otras publicaciones (Martínez-Arévalo, 2013). Es información literal a como el la constituyó en su documento de graduación.
Fuente: http://www.biora.ru/
El pinabete Abies guatemalensis Rehder crece en Guatemala en áreas
montañosas de 2700 a 3500 m de altitud. Sus poblaciones naturales fueron
disminuidas y se presentan en parches de bosques aislados que persisten a la
deforestación porque desde 1979 es una especie protegida (CONAP 2006). El
género Abies es un taxa predominantemente de bosques boreales con algunos
casos hacia los bosques subtropicales: en el sur de México se reconoce a A.
religiosa, y en Guatemala crece A. guatemalensis que llega hasta el norte de
Honduras (Molina 1975). La distribución actual es producto de los periodos
interglaciares que se presentaron en el Pleistoceno (Jaramillo-Correa et al. 2008) y
las hipótesis recientes sugieren que los Abies mesoamericanos comparten a un
antepasado común reciente y que sus divergencias y especiación son impulsadas
por deriva genética y aislamiento durante los periodos interglaciares cálidos
En un estudio morfogenético Strandby et al. (2009) consideran la existencia del
complejo A. religiosa-A. hickeli-A. guatemalensis, y dentro de este, a A.
guatemalensis como una sub especie de A. religiosa, sin embargo
taxonómicamente esta propuesta todavía no se acepta, lo que sugiere que
deberán hacerse otros estudios para corroborar lo anterior.
Para 2008 se determinó que había 26.581,27 ha de bosque natural de pinabete,
repartido en los departamentos de: San Marcos (41 bosques y 1.791,39 ha),
Quetzaltenango (21 bosques y 2.060,62 ha), Totonicapán (5 bosques y 17.337,50
ha), Huehuetenango (25 bosques y 4.537,73 ha), Quiché (1 localidad y 498 ha),
Jalapa (1 localidad y 31,25 ha) y Sierra de las Minas (1 localidad y 1.291,80 ha).
De los 95 bosques que se reportan, 28 son propiedad de particulares
(posiblemente de esta categoría hay más ya que en la información consultada
algunos bosques están constituidos por varios propietarios), 42 comunales, 23
municipales, 1 municipal y parcialidades y 1 en Área protegida (CONAP 2008). La
ubicación aproximada se presenta en la Figura 1.
Basado en CONAP, 2008.
Figura 1. Mapa de distribución conocida de Abies guatemalensis en Guatemala.
Actualmente hay menos del 10% del área original, que era de 558.858 ha (INABCONAP
1999): el 26% de los parches de bosque es de 1 a 10 ha, el 61% menor a 50 ha, y sólo el bosque comunal y de parcialidades de Totonicapán de 15.586 ha
es constituye el de mayor extensión.
La situación de la distribución y aislamiento de los parches de bosque de pinabete
influye en su variación genética, ya que se encuentra una baja diversidad dentro
de cada porción de bosque, y alta variabilidad entre rodales, que muchas veces no
alcanzan a entrecruzarse por la distancia que hay entre ellos (Aguirre-Planter et al.
2000, Jaramillo-Correa et al. 2008).
La presión sobre el pinabete
La influencia del ser humano definitivamente es la principal causa de la pérdida y
deterioro de estos bosques a través de las siguientes acciones.
a) Pastoreo en el sotobosque y alrededores. Es una actividad que se desarrolla
desde la época de la colonia con la introducción de rebaños de ovejas y cabras
(Standley y Steyermark 1958, MacLeod 1980). Esto provoca bosques con baja
densidad de árboles, pobre recuperación y daño a las plantas que crecen en el
sustrato inferior del bosque, lo que reduce las posibilidades de repoblación natural
del pinabete y de otras especies forestales de estos ecosistemas (Díaz 1993,
INAB-CONAP 1999). Asimismo el pastoreo en las áreas alrededor de los parches
de bosque, induce para que no se dinamice el proceso de recuperación por medio
de sucesión vegetal.
b) Desramado.
Fuente:http://www.biora.ru/
Uno de los usos más atractivos del pinabete lo constituye el uso
para árboles de navidad, de tal forma que todos los años de manera ilegal persiste
la actividad de los depredadores del bosque natural, que cortan las ramas para
elaboran árboles artificiales para venta local. Esto trae consigo un debilitamiento
del árbol pudiendo provocar la muerte. La época de producción de las semillas en
condiciones naturales es de octubre a enero (Aguilar et al. 1988), por lo que se reduce el número de estróbilos y la cantidad de semilla, así como las posibilidades
de regeneración natural (Cox y Girón 1988).
En este sentido Andersen et al. (2008) señalan que través de plantaciones, que
surtan tanto de árboles como de ramas para la época de navidad, se puede
disminuir la presión y aumentar las posibilidades de conservar esta especie. Esta
actividad actualmente se fomenta a través de bosques artificiales que se siembran
y certifican para este fin.
c) Cambios en el uso la tierra. El uso del suelo de bosques para actividades
agrícolas es un fenómeno común en Guatemala, agravado por la sobrepoblación y
mala distribución de la tierra. Según (Díaz 1993), la reducción de los bosques de
pinabete por esta causa fue de 86% entre 1972 a 1993.
Fuente: http://conifersociety.org/wp-content/uploads/range_map_1.png
Sin embargo, debe
recalcarse que el régimen de tenencia de la tierra tiene una influencia directa
sobre este fenómeno; por ejemplo, la frontera agrícola se detuvo en las áreas de
los bosques comunales de pinabete en Totonicapán (Elías 1997) y en San
Marcos, producto de la acción de las comunidades que cuidan y administran sus
bosques.
d) Extracción de madera. La tala disminuyó notablemente para esta especie,
posiblemente por estar protegida. La extracción selectiva de árboles hasta los
años 70 del siglo XX fue para la utilización como teja de techos, madera y leña.
Esto provocó pérdida en la calidad genética, pues generalmente se hizo una tala
selectiva, y se cortó los mejores ejemplares González (1979). De la misma manera
se producen cambios microclimáticos, que traen consigo la disminución de la
capacidad germinativa de la semilla, al variar la composición florística o bien al
quedar claros en el bosque Díaz (1993). A pesar que actualmente es una especie
protegida, hay casos aislados de extracción ilegal de madera para leña. También
en ciertas ocasiones algunas personas desgastan el tronco para la extracción de
astillas para utilizarlas como leña, lo que provoca a la larga la muerte del árbol.
Debido a la presión y deterioro de las poblaciones de Abies guatemalensis se le
incluyó en la lista del Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional
de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre (CITES) desde 1979, que
regula su aprovechamiento y conservación, además en la Ley Forestal (artículos
34 y 99) y en la ley de Áreas Protegidas (INAB 1977, CONAP-INAB 1999), se
promueve su conservación. Actualmente está en ejecución la estrategia nacional
para la conservación y protección del pinabete (CONAP 2010), que pretende por
medio de la coordinación interinstitucional mejorar el conocimiento, conservación y
aprovechamiento de la especie.
Ecología de pinabete
Las condiciones ambientales en las que se desarrolla el pinabete en Guatemala
están restringidas a las zonas de vida Bosque Muy Húmedo Montano Subtropical,
Bosque Muy Húmedo Montano Bajo Subtropical y Bosque Húmedo Montano Bajo
Subtropical en altitudes de 2700 a 3500 m. En algunos casos se reporta que crece
a 2600 m de altitud pero posiblemente se trata de plantaciones (CONAP 1999).
Hay pocas investigaciones sobre la ecología de pinabete en el país, de ellas se
puede mencionar el trabajo de González (1979) que llevó a cabo una
caracterización ecológica de las comunidades de pinabete en Guatemala. Sus
conclusiones indican que el pinabete es un componente limitado a pequeñas
áreas altas (2800 a 3500 m de altitud) de Totonicapán, Huehuetenango, San
Marcos, Sololá y Quetzaltenango en el occidente y a la parte alta de Jalapa en el
oriente, generalmente son rodales pequeños, rodeados de otras especies
forestales.
Fuente: https://reintroduction.wikispaces.com/Caracter%C3%ADsticas+del+pinabete
La mayoría de comunidades encontradas tuvieron una orientación de la
pendiente hacia el Noreste, Norte y Noroeste. Los suelos presentaron alto contenido de arena, con textura franco a franco arenoso y arena franca. El pH del
suelo fue de 4,9 a 7,1.
Ese mismo estudio menciona que hubo baja diversidad vegetal, con máximo de
ocho especies forestales asociadas: Pinus ayacahuite, Neupressus lusitanica,
Pinus montezumae var. rudis, Arbutus xalapensis, Prunus brachybotrya, Alnus sp.
Litsea glaucescens y Quercus sp. Asociada con cinco especies arbustivas:
Cestrum guatemalensis, Senecio sp. Ceanothus coeruleus, Monnina xalapensis y
Rubus trilobus.
Además con 33 especies herbáceas, de las que se mencionan:
Salvia cinnabarina, Bidens ostruthioides, Alchemilla pectinata, Acaena enlongata,
Adiantus andicola, Fucsia splendens y musgos.
Es ese trabajo se considera que el pinabete es componente de algunas
comunidades clímax de los bosques de las zonas altas del altiplano occidental del
país. La mayor cantidad de árboles de pinabete de los bosques estudiados por
González (1979) tenía un diámetro a la altura del pecho de 31 a 40 cm. Las
comunidades donde la densidad de las copas de los árboles fue alta impedían la
penetración de luz, los bosques excluidos de pastoreo tuvieron baja presencia del
estrato herbáceo y presencia de regeneración natural de Abies guatemalensis
(González 1979).
Por su parte Díaz (1993) al estudiar el efecto sobre la reducción del bosque de
pinabete y las condiciones microclimáticas de germinación in situ en Palestina de
los Altos, Quetzaltenango, encontró que la composición florística de los rodales de
pinabete estuvo compuesta por 15 especies arbóreas, de las cuales Pinus
ayacahuite y Abies guatemalensis presentan valores de importancia de Cottam de
85,14% y 77,66% respectivamente. En el sustrato arbustivo se encontraron 13
especies, dentro las cuales Cestrum guatemalensis y Rubus trilobus son las que
tienen una mayor predominancia ecológica. Se observó que el 28,8% de los
árboles de pinabete estaban desramados, lo que ocasiona la perdida de estróbilos masculinos y femeninos y conos fecundados. El número de árboles semilleros fue
reducido, pues se localizaron únicamente nueve.
Contexto socioeconómico de los bosques de pinabete
Los bosques de pinabete están fuertemente asociados con los pueblos indígenas
que viven en sus cercanías. Las principales etnias asociadas a estos bosques son
la Quiché y Mam. La presencia de 42 bosques comunales de pinabete en
Guatemala, es muestra de la identificación de la población con la utilización y
conservación de esta especie. Un ejemplo es el bosque municipal y parcialidades
de Totonicapán que se mantiene en condiciones adecuadas por la reglamentación
y conducta de los pobladores locales (Elías 1997). En Tacaná y San José
Ojetenam en San Marcos, las comunidades, en el marco de su comportamiento
tradicional, desarrollaron normas consuetudinarias para el bosque comunal Las
Ventanas, que permite la conservación y manejo del mismo (UICN 2009).
Los bosques de pinabete, en su mayoría, se encuentran ubicados en las partes
altas de la porción occidental y noroccidental de Guatemala, donde se registran
los niveles más altos de natalidad, analfabetismo y pobreza. Por esta razón, el
bosque debe visualizarse desde la perspectiva de la conservación; pero a la vez,
como un medio de prestación de servicios a la población para contribuir en el
mejoramiento económico de la misma (Andersen et al. 2008).